7 de abril, Día Mundial de la Salud 2022
Nuestro Planeta, Nuestra Salud.
Antonio Ares Camerino
La salud es uno de los temas trascendentales de las sociedades modernas y, probablemente, uno de los más valorados por la ciudadanía, especialmente cuando se pierde. La salud es un derecho social defendido por todo los partidos políticos, aunque siempre con diferencias conceptuales sobre cuál es el mejor sistema para ofrecérsela a la ciudadanía. La preservación de la salud pasa de lo individual a lo colectivo, de lo objetivo a lo subjetivo, de lo personal a lo ambiental. Ya no vale con mantener hábitos de vida saludables relacionados con nuestro cuerpo, debemos preservar nuestro hábitat. Cuidar nuestro planeta se ha convertido en un factor prioritario para el mantenimiento de nuestra salud, y lo que es más importante para el bienestar de las generaciones venideras. No hay duda de que vivir sano nos permite vivir más y mejor. Cuidar nuestro entorno con criterios de sostenibilidad garantizará mejor vida a las generaciones que nos sucedan.
Cada 7 de abril, para conmemorar el aniversario de la creación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948, se celebra el Día Mundial de la Salud. En las últimas décadas los progresos en los servicios de salud, la protección del medio ambiente, el desarrollo económico, el compromiso de la ciudadanía y la inclusión en las agendas políticas de todos los países de temas relacionados con la salud de la población, han conseguido mejorar la salud de las personas. No obstante, la pandemia de la Covid-19 ha supuesto un retroceso en lo conseguido que ha puesto en jaque a los Sistemas de Salud de todos los países sin excepción alguna.
En medio de una pandemia, de un planeta contaminado, de un aumento de enfermedades como el cáncer, el asma y las cardiopatías, la OMS quiere aprovechar la celebración del Día Mundial de la Salud 2022 para llamar la atención del mundo sobre las medidas urgentes que se necesitan para mantener la salud de los seres humanos y del planeta e incentivar un cambio para que las sociedades se preocupen del bienestar.
“Un movimiento mundial por la salud y el medio ambiente es la única alternativa para conseguir un planeta sano, y por ende una población saludable”
La OMS calcula que, cada año, se producen más de 13 millones de defunciones debidas a causas ambientales evitables, sin ir más lejos, a la crisis climática, que es la mayor amenaza para la salud a la que se enfrenta la humanidad. La crisis climática es también una crisis de la salud.
Nuestras decisiones políticas, sociales y comerciales están favoreciendo la crisis climática y sanitaria. Más del 90% de las personas respiran un aire insalubre que es consecuencia de la quema de combustibles fósiles. Debido al calentamiento del planeta, los mosquitos propagan las enfermedades más lejos y más rápido que antes. Los fenómenos meteorológicos extremos, la degradación del suelo y la escasez de agua están desplazando a las personas y afectando a su salud. La contaminación y los plásticos llegan hasta el fondo de nuestros océanos más profundos, de las montañas más altas, y se han abierto paso en nuestra cadena alimentaria. Los sistemas de fabricación de alimentos y bebidas muy transformados y poco saludables están impulsando una ola de obesidad, aumentando el cáncer y las enfermedades cardiacas, al tiempo que generan un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
En unas declaraciones realizadas recientemente, Rosa Urbano, presidenta de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), hacía referencia a que las próximas amenazas para la salud pública mundial tendrán que ver con el cambio climático, la pobreza y las desigualdades sociales y económicas, consecuencias de una economía liberal y más capitalista que nunca.
Aunque la pandemia de Covid-19 ha mostrado la capacidad curativa de la ciencia, también ha puesto de manifiesto las desigualdades de nuestro mundo. La pandemia ha evidenciado deficiencias en todos los ámbitos de la sociedad y ha hecho patente la necesidad urgente de forjar sociedades del bienestar sostenibles y comprometidas con la consecución de una salud equitativa, tanto ahora como para las generaciones futuras, sin sobrepasar los límites ecológicos. El planteamiento actual de la economía conduce a la distribución no equitativa de la renta, la riqueza y el poder, y hay demasiadas personas que siguen viviendo en situaciones de pobreza e inestabilidad. Las economías del bienestar deben velar por el bienestar de las personas, la equidad y la sostenibilidad medioambiental. Estos objetivos se han de plasmar en inversiones a largo plazo, presupuestos enfocados al bienestar, protección social y estrategias legales y fiscales. Para romper estos ciclos de destrucción del planeta y de la salud humana es necesario adoptar medidas legislativas, reformar las empresas y apoyar e incentivar a las personas para que tomen decisiones saludables.
Hace unos meses la OMS publicó un “Manifiesto a favor de la recuperación saludable de la Covid-19”. En el mismo sentaba las bases de hacia dónde deben ir los esfuerzos de todos los países para conseguir una recuperación igualitaria y equitativa de esta pandemia. La crisis sanitaria nos ha llevado a la peor recesión desde la década de 1930. Se han perdido millones de vidas y se han visto afectados negativamente los medios de vida, la salud y el desarrollo sostenible. En dicho manifiesto se plantean posibles soluciones para que todos los habitantes del planeta podamos salir reforzados de esta crisis sin precedentes. Se realizan recomendaciones para una recuperación saludable y respetuosa con el medio ambiente:
- Proteger y preservar la fuente de la salud humana: la naturaleza.
- Invertir en servicios esenciales, desde agua y saneamiento hasta energías no contaminantes en los centros de salud.
- Asegurar una transición energética rápida en pro de la salud.
- Promover sistemas alimentarios sanos y sostenibles.
- Construir ciudades sanas y habitables.
- Dejar de utilizar el dinero de los contribuyentes para financiar la contaminación.
Un movimiento mundial por la salud y el medio ambiente es la única alternativa para conseguir un planeta sano, y por ende población saludable y libre de desigualdades evitables.
En mayo de 2020 un grupo de expertos en salud en nombre de 350 organizaciones que representaban a más de 40 millones de profesionales de la salud, y más de 4.500 profesionales de la salud individuales, de 90 países diferentes, dirigieron una carta a los jefes de Estado del G20. En la misma, entre otras propuestas, estaba la de cuidar el medio ambiente para la consecución de un futuro saludable.
La salud es el mejor capital al que puede aspirar una persona. Sin distinción de raza, credo, ideología ni de escala social, es el bien más preciado para todas las personas. Puede que no sea un todo o nada, pero lo que si es cierto que nunca será demasiada.
BIBLIOGRAFÍA